MALAQUÍAS, EL NERD

Aunque en el fondo siempre lo supe, hice lo imposible por reprimir esos síntomas que cargo desde muy chico, cuando era el único de mis amigos que no jugaba a chocar sus autitos y los tenía todos impecablemente estacionados en una repisa que, de seguro, sigue intacta. Mi mamá trataba de convencerse entre sollozos que a lo mejor yo era lentito, en lugar de reconocer abiertamente que acunaba entre sus brazos un futuro NERD. 

Después de los autitos vinieron muchos otros síntomas que nadie supo reconocer a tiempo: siempre usé las poleras metidas dentro del pantalón, aunque fuera el traje de baño; SIEMPRE use (y seguiré usando) medias blancas para cualquier ocasión. Veía todos los monitos de la tele (lo sigo haciendo), y no jugué pelota hasta los 16 años. No sólo IBA al colegio impecablemente vestido (con camiseta, camisa, chaleco, vestón y parka en agosto) sino que VOLVÏA igualmente impoluto, con las mechas tiesas por el limón.

De hecho recuerdo el día en que asumí mi condición de Nerd. Fue justo tras un ejercicio de Lenguaje y Comunicación (AKA Castellano), donde escribí noséqué cosas sobre la vida y el amor y blah. La cosa es que mi profesora me escogió para representar al colegio en un Encuentro Regional de (atención a esto:) POESÍA, y pese a mis protestas, figuraba ese sábado en una sala llena de niñAs leyendo sus odas a la brisa fresca que recorre tu pelo en las mañanas, y los versos más tristes de esta noche.

Justo cuando yo guardaba un estratégico silencio para pasar desapercibido (¿mencioné que era el único niño?) la monitora me vio y me hizo pasar al frente.

¿Qué es para tí Valparaíso?, dijo la inspirada mujer
«Una ciudad» conteste con viril racionalidad
De acúerdo, pero ¿Qué RE-PRE-SEN-TA? Insistió

Y ahí lo supe: era mi momento, cuando caían las máscaras y quedaba expuesto todo mi nerdismo. Tomé aire, lo pensé un momento y me largué:

«Valparaíso es una perla opacada por la indiferencia y el olvido, un puerto que llora el esplendor de su pasado mientras reniega de su presente decadencia»

Hubo un oooh, de las niñas y la monitora, mientras la señorita Elsa Flann, culpable de que yo estuviera padeciendo ese martirio, inflaba su esternón, orgullosa de ese tacuaco de un metro 40 y pelo con olor a Quix limón, con ojos sospechosamente húmedos. Claro, la docente pensó que era por extrema sensibilidad con la tragedia de Valparaíso, sin saber que mi dolor era en realidad porque al salir del clóset y asumir mi condición de Nerd, vi en cámara rápida mi futuro:

Sería pésimo jugando a la pelota, ya nunca sería de la pandilla taquillera que usaba zapatos pluma, me encerraría en mi pieza a leer ciencia ficción, dibujaría historietas en mis cuadernos, me declararía por carta (y sin éxito) a las niñas que me gustaran, me metería a scout y lo reconocería con orgullo, vería monitos hasta viejo, jamás me sacaría el limón del pelo ni las medias blancas, mi mamá escogería mi ropa hasta el día de hoy, haría la primera comunión para entrar a un colegio «bueno», me aprendería algunos díalogos de películas, vería todos los capítulos de Los Simpson, aprendería a hacer el saludo tradicional de Vulcano… y un largo etcétera.

Por ejemplo en la media, tuve que inventarme un gusto musical, para no despertar sospechas de nerdismo entre mis compañeros cool. Claro que mi elección,, despertó sospechas en otro sentido. Afortunadamente las buenas (o malas) juntas, me ayudaron a ocultar mi condición detrás de un concienzudo tratamiento etílico y bohemio. Luego en la U mi frondosa capilaridad me permitió ostentar un look Neanderthal con toques cosacos, representado en un aro en la oreja izquierda.

Pero hace cosa de un mes Leonor, sin saber nada de esto, cometió el error de regalarme una maqueta armable de un portaaviones, que despertó en mi el gen dormido del nerdismo galopante. Mientras armaba la maqueta, sufría una transformación al estilo del hombre lobo, y pude sentir cómo el pelo se me aplastaba y se peinaba solo, las uñas retrocedían y las medias se me blanqueaban, la camisa se me cerraba hasta el último botón y se metía dentro de mi pantalón, que subía sobre el ombligo. Nuevamente, cayó mi máscara y quedó revelado el Nerd que llevo dentro.

Mientras escribo estas líneas, descansan en mi depto 2 nuevas maquetas listas para armar, y ya he visitado varios sitios especializados como éste, para sacar ideas y desarrollar este nuevo hobby, y así gritar a los cuatros vientos: «soy un nerd asumido, y estoy feliz de serlo».

Que la fuerza los acompañe.

M.

15 comentarios sobre “MALAQUÍAS, EL NERD

  1. hola malaquías. me gustó tu blog, y volví.

    creo que uno de los requisitos para ser nerd es no tener amigos…y al parecer tu si los tuviste, y en todas las etapas del desarrollo.
    me da la impresión de que no eres tan nerd como proclamas.

    me asalta una duda: si ser nerd es meterse la camisa en el pantalón, armar maquetas a escala, tener talento para escribir, gustar de queen, y hecharse limón en el pelo…que es exactamente lo contrario de ser nerd? andar con la camisa afuera, romper maquetas, no escribir, gustar del punk y andar con el pelo chascón? me contesté solita la pregunta?

    saludos.

  2. Bueno, no es tan malo ser nerd como parecerlo y no serlo. Yo no llegué a ser un nerd con todas las letras, pero casi, casi… me salvó el humor y mi predisposición a la aventura.

    Uno se pierde de ciertos beneficios que no vienen al caso. Saludos.

  3. Bueno, no es tan malo ser nerd como parecerlo y no serlo. Yo no llegué a ser un nerd con todas las letras, pero casi, casi… me salvó el humor y mi predisposición a la aventura.

    Uno se pierde de ciertos beneficios que no vienen al caso. Saludos.

  4. Vamos viendo:

    Clau, ¿Homofobia? Yo no huelo nada, así que tranquil@.

    Amaranta, efectivamente, tengo hartos amigos, casi todos gustan de Queen, la mayoría fueron scouts y cuando nos reunimos, vemos Los Simpsons y jugamos a quién sabe más sobre la película «Un príncipe en Nueva York». En otras palabras, el nerdismo no es sólo genético, sino además contagioso.
    Ah, y el que rompe maquetas no es punk, es Godzilla.

    Estimadísimo Stoc, qué tristes novedades me traes, pero gracias igual por compartirlas.

    Buen Mantis: Afortunadamente, el ser nerd sin parecerlo precisamente me permitió acceder a esos beneficios, pero como dices, no vienen al caso. Salú.

  5. Creo que yo siempre fui nerd. Y estoy orgullosa de eso. Quizas no nerd convencional de ropa arreglada y anteojos gigantes, pero nunca fui como las demas chicas… preferia estar leyendo que escuchar música de moda. Adoraba ir a museos, siempre me pareció medio ridículo ir a bailar todos los sábados y lo hago una o dos veces por año, etc.
    Y esta bien, es genial ser nerd!!! jajajaj

  6. Buena amigo, mi compañero de lides me dijo a la primera q yo era una nerd de tomo y lomo, y sin conocerlos, me dijo q la manga de amigos q tengo también. Y eso te incluye.

    Hace rato asumí mi nerdismo total y absoluto. Cómo olvidar mi inalcanzable colección de calcomanías de Garfield (y todo su merchandising del q fueron testigos Uds en los primeros años de la U); o los álbumes del mundial q me hacían popular en el colegio; el haber heredado de ti y de Luchicosas el gusto por el Señor de los Anillos y el Silmarillion (con Luis nos JUNTABAMOS a leer los mismos capítulos, y los íbamos comentando); ir a la vanguardia en el MSN; y entre las nerdeses más recientes está mi pasión por el Sudoku (entre NOS, Penélope Glamour trató de destronarme y se autodenominó Queen del Sudoku y entramos en polémica).

    Ah! y se me olvidaba, figuraba viendo Miami Vice con Felipe, y de repente aparece una negra ochentera estupenda protagonista de ese capítulo. Y era nada más y nada menos q la mina del Príncipe en Nueva York. Obviamente la reconocí al toque y lo grité frente a la pantalla con emoción. Y a quién le importa este absurdo dato?

    (CHOCOLATE SEXUAL!)

  7. Ooh, cómo pude olvidar al Señor de los Anillos (bueh, ahí si que me hubiera estereotipado, como alegan más arriba). Y sí, lamentablemente sigo recordando la interminable colección de Garfield.

    Y tu pioresná, se asume nerd?

    Saludos,

  8. Chuuuuuta te tomaste en serio lo de actualizar más seguido el blog!! No alcanzo a ponerme al día!

    Sobre este…Bueno reconozco que cuando estaba en el colegio prefería al mariscal de campo, el seco en todos los deportes, de cabello al viento y popular con las niñas.

    Hoy, el mismo mariscal de campo tiene un ponchera kilométrica, menos pelo que mi cejas y una pega que no se si podría llamarse «pega».

    Conclusión: Los nerd hoy la llevan y tienen más de qué hablar, aunque sea de los Simpson.

    Eso…tomaré aire y seguiré con los otros post.
    Beso

  9. Vamos viendo… nerd??? Se me viene una cosa a la mente, en los Videla no recuerdo haber visto entrar nerd alguno a jugar (Quizás tú… ‘risas’), menos a trabajar y ser compañero de laburo con un asesino.

    No creo que seas nerd… Simplemente no encajas con algunos estereotipos, pero quizás sí con otros igualmente ‘cool’ que el mariscal de campo. ¿A qué estereotipo te gustaría ajustarte?

  10. Mi post cerraba así…

    No creo que seas nerd… Simplemente no encajas con algunos estereotipos, pero quizás sí con otros igualmente ‘cool’ que el mariscal de campo. ¿A qué estereotipo te gustaría ajustarte?

    Y decía antes: «Compañero de laburo de un… Asesino» (para más información revisen el link que tiene mi nombre)

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